• Sus paredes musculares se dilatan y contraen al mismo ritmo al que el corazón bombea la sangre, permitiéndoles regular el flujo sanguíneo.
• En caso de traumatismo, son capaces de desviar la sangre desde zonas menos importantes, como la piel, hacia órganos vitales donde pueda ser más necesaria.
1. El colesterol y el tabaco son los grandes enemigos de las arterias ya que favorecen la aparición de la arterioesclerosis, una enfermedad que provoca el endurecimiento de las paredes arteriales, con formación de trombos que pueden culminar en un ataque al corazón.
2. Las grasas buenas y las vitaminas A, C y E mantienen sanas las arterias ya que favorecen la eliminación del colesterol malo y evitan el endurecimiento de las paredes arteriales. Estas vitaminas se encuentran en verduras, frutas, pescados, frutos secos y aceite de oliva.
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