El corazón está formado por cuatro áreas diferentes y cada una de éstas se conoce como
cámara. Hay dos cámaras en cada lado del corazón: una arriba y otra abajo. Las dos cámaras superiores se llaman
aurículas. Las aurículas son las cámaras que se llenan de sangre.
Las dos cámaras de abajo se llaman
ventrículos. Su tarea es expulsar la sangre. A lo largo de la mitad del corazón hay una pared gruesa de músculo llamada
tabique. La tarea de este tabique es separar el lado izquierdo del lado derecho del corazón.
Las aurículas y los ventrículos trabajan en equipo - las aurículas se
llenan de sangre, que luego expulsan hacia los ventrículos. Mientras
los ventrículos bombean la sangre expulsándola del corazón, las
aurículas vuelven a llenarse preparándose para la siguiente contracción.
¡Sigue bombeando!
Entonces, cuando la sangre es bombeada, ¿cómo sabe por dónde ir?
Bueno, tu sangre no tiene que detenerse y preguntar cuál es el camino
-sino que confia en cuatro
válvulas especiales que se
encuentran dentro del corazón. Una válvula permite que algo entre y lo
mantiene ahí al cerrarse -piensa en cuando inflas una pelota de playa.
Tú soplas aire dentro de la pelota y la válvula se cierra para evitar
que se escape el aire.
Dos de las válvulas del corazón son la válvula
mitral y la válvula
tricúspide y trabajan entre las aurículas y los ventrículos. Las otras dos se llaman válvula
aórtica y válvula
pulmonar
y se encargan de controlar el flujo a medida que la sangre sale del
corazón. Todas estas válvulas trabajan para hacer que la sangre siga
fluyendo. Se abren para dejar que la sangre avance y luego se cierran
rápidamente para evitar que la sangre fluya de regreso. Es como una
especie de puerta que se cierra después de que la sangre sale para que
no pueda volver a entrar.
¡Es genial circular!
Al movimiento de la sangre a través del corazón y por el organismo se
le llama circulación y tu corazón lo hace muy bien. Es tan bueno, que
sólo tarda 60 segundos en bombear sangre a cada célula de tu cuerpo.
Esto es menos tiempo del que te toma cantar el "Arroz con leche". Tu
cuerpo necesita este abastecimiento constante de sangre fresca para
seguir funcionando correctamente. También necesita que la sangre elimine
los desechos que lo enfermarían si se quedaran dando vueltas.
El lado izquierdo de tu corazón envía sangre fresca y limpia a tu cuerpo. Esta sangre contiene un montón de
oxígeno
y este oxígeno es lo que mantiene felices a tus células. El cuerpo
extrae el oxígeno de la sangre y lo usa en las células de tu cuerpo. Las
células lo agradecen usando este oxígeno, fabricando
dióxido de carbono
y otras cosas que necesita eliminar y deshaciéndose del dióxido de
carbono y otros desechos botándolos en la sangre para que se los lleve.
La sangre ha cumplido con la primera parte de su tarea al llevar el
oxígeno a las células y ahora llega el momento de recoger la basura (el
dióxido de carbono y demás desechos).